Durante mchos siglos, la península de Corea fue dominada por China. Debido a esta situación, el chino fue una lengua de uso común, sobretodo en las clases bienestantes. Como que la grafia del idioma del gigánte asiático es, posiblemente, la más complicada de las que existen (por el gran número de ideogramas que hay y por el peligro a un error de significado dependiendo de la pronunciación), su dominio no estaba extendido por todas las capas de la sociedad coreana, así que quedó como un código de prestigio social. La influencia fue tal que palabras coreanas se escribían en chino. En el siglo XV d.C, el rey Sejong decidió cambiar la dinámica social y se prospuso expandir el coreano como lengua frecuente. Y para eso decidió que un elemento esencial sería el alfabeto. Pero tenía que ser un código sencillo, para que ciudadanos con menos posibilidades de acceder a una educación adecuada tuviera la oportunidad de leer y escribir. Un grupo de eruditos recibió el encargo y el fruto de su trabajo fue el Hangul.
El Hangul es un sistema alfabético bastante sencillo y con pocas complicaciones. Es una representación de los diferentes fonemas por agrupaciones silábicas. Se articula alrededor de tres representaciones básicas que componen las diferentes letras: el círculo (representación del cielo), la línea horizontal (representación de la tierra) y la línea vertical (representación del hombre). Este código de escritura dio los resultados previstos y la población coreana lo adoptó como suyo. No hay duda que la sencillez con la que fue concebido facilitó enormemente su expansión. Para ilustrar todavía más el impacto en la población del Hangul, hay que decir que la UNESCO otorga un premio a iniciativas para la alfabetización que lleva el nombre del rey Sejong.
Con la base del alfabeto coreano, concebí el sistema objeto de este escrito con la única motivación de facilitar el trabajo a todos aquellos i todas aquellas que tienen dificultades para adquirir la caligrafía convencional. Reduciendo todas las letras y números a círculos y líneas se pretende simplificar la escritura, de modo que partiendo de una cosa tan básica como dibujar elementos muy smples se llegue a formar un código que permita a una persona comunicarse con los otros de manera efectiva.
La simplicidad es la tónica dominante en el SAPACE, por eso puede ser una buena herramienta para que personas que tienen problemas para adquirir la capacidad de escribir puedan vencer esta resistencia.
El SAPACE parte de una cosa tan simple como es el dibujo de círculos (y semi-círculos) y líneas. Ejercitando a las personas en las formas, se conseguirá que ya tengan los elementos necesarios para escribir, pues la caligrafía ordinaria (la que todos aprendemos) está compuesta por círculos y líneas, además de otras formas y conceptos más complicados como las elipsis, cruce de líneas, trazos de ida y vuelta...
También, este sistema puede ser el inicio para la adquisición de la caligrafía estándar, ya que las formas de las letras y los números son muy similares, por haber partido de las caligrafías existentes para crearlo.
En un principio nació para que las personas con disminución mental pudiesen escribirm pero se puede ampliar a otros grupos que, por diferentes circunstancias, no son capaces de adquirir la habilidad de escribir el alfabeto romano, muy común en este mundo. Pero con el SAPACE se puede conseguir una aproximación a este código con el simple hecho de dibujar círculos y líneas. De una manera tan sencilla (la práctica de estas formas tan básicas) aumenta el porcentaje de población que sería capaz de comunicarse por escrito y que ahora es o se ve incapaz.
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